viernes, 5 de julio de 2013

Modernismo en Madrid / Cementerio de la Almudena

Lo primero que te encuentras es la Arquería. Al margen de cuestiones estéticas no tengo ninguna duda de que estoy ante una virguería de materiales, forma y arquitectura. Sin contar con los adornos como p.e. los búhos escondidos entre los arcos, adormideras en las rejas, halcones de piedra, murciélagos, etc… que darían para otra jornada de dibujo. Coordinar tantas influencias formales y mantener un estilo personal y homogéneo tuvo que ser una trabajo muy duro.
Atravieso la arquería y camino por el paseo entre gigantescos cipreses de luto. Los edificios adyacentes tienen grandes ventanales en la fachada con arcos modernistas que me recuerdan a los viejos aparatos de radio o a calandras de coches antiguos.


Por fin se divisa la cúpula de la capilla con el ángel sentado esperando la señal del séptimo sello para tocar la trompeta que apoya sobre sus piernas, y  anunciar el Apocalípsis. Por cierto la cubierta original era cerámica y el interior no tiene nada que ver con la chapuza actual. 


Esta visita no es igual que las anteriores. Hoy no toca sufrir, hoy vengo a este sitio a disfrutar, a tratar de entender que demonios tenía en su prodigiosa cabeza Francisco García Navas.